
Lo que pienso ahora de antes y lo que no pienso ahora de después. Jugar una mala pasada para no jugar un malo presente, que antes fue futuro. Un tres en uno. Y un uno en tres. No sé dónde están, que todo ha cambiado, que es duro desviarse de lo que fue, pero todo se hace sin querer, queriendo dejarse llevar. Ya estamos con lo de siempre. Volver a lo de antes con ligeros cambios del ahora se está haciendo un poco complicado. "Todo es fluencia, es tránsito" se dice. Me lo creo. Piensa en la playa y que saltas olas. La de ahora no es la misma que saltaste hace un rato, y la de ahora no tendrá nada que ver con la que saltes en diez segundos más adelante. Me desvío. Y no sé volver. Si no vuelvo es porque tampoco quiero. Y vuelvo al "prefiero dejarme llevar", que tiene lo suyo de egoísmo, porque en el fondo, cuando uno elige dejarse llevar, está eligiendo lo que más le apetece y casi no está planeado, ni casi establecido, pero sabe que es lo-que-quiere. Lo que a uno le da la gana. Y ahí, inocentemente, empiezan los problemas. Es que no es tan fácil.
1 comentario:
No es tan fácil, pero ¡ay! como merece la pena, dejarse llevar.
y si siempre volviéramos a lo de siempre, siempre tendríamos 12 años. A ser egoístas y PUNTO.
Un besooooooooooo.
te quiero verrr andrew!
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